IZQUIERDA UNIDA-LOS VERDES PRESENTA UNA MOCIÓN PARA QUE EL AYUNTAMIENTO DE MAJADAHONDA CONTROLE LOS CONTENEDORES DE ROPA ILEGALES

Los buzones de recogida de ropa ilegales proliferan en nuestro municipio. Guardan la apariencia de desempeñar una función humanitaria pero en muchos casos, al no existir vigilancia sobre ellos, están gestionados por empresas privadas con un interés lucrativo. Frecuentemente los encontramos, junto a los contenedores legales de papel o cristal,  en gasolineras, centros comerciales, colegios… o en cualquier parte generando problemas de accesibilidad y daños al patrimonio público (anclajes al suelo, farolas, etc.).

Tal y como ha reconocido el equipo de gobierno del PP al grupo municipal IU-LV en Majadahonda no existe ningún contenedor para la recogida de ropa y calzado que tenga licencia ni permiso para su instalación.

Son muchos los ayuntamientos que, ante la responsabilidad de disponer de servicios de recogida selectiva de ropa, están firmando convenios de colaboración con entidades de acción social para la instalación de este tipo de contenedores con un triple objetivo: favorecer un acceso «más digno» a la ropa a las personas más necesitadas; reciclaje de este residuo y  mejora del medio ambiente; y creación de empleo entre las personas con mayores dificultades de acceso al mercado laboral.

Izquierda Unida  propondrá en el próximo Pleno local que se proceda urgentemente a la retirada del municipio de todos aquellos contenedores de recogida de ropa ilegales y que con la asesoramiento del Consejo Local de Cooperación al Desarrollo el Ayuntamiento firme un convenio de colaboración con alguna organización de acción social para que se haga cargo de la instalación en Majadahonda de contenedores de recogida de ropa y de su posterior tratamiento.

En palabras de Sol Piñuela, concejala del Grupo Municipal Izquierda Unida – Los Verdes: “resulta intolerable que se esté haciendo negocio con la solidaridad de los vecinos y es obligación del Ayuntamiento controlar que esto no ocurra. Además contamos con un Consejo de Cooperación al Desarrollo prácticamente sin presupuesto que debería ser  quien fije los criterios para asegurar que la recogida de esta ropa se destina realmente a cooperación y no a engordar los bolsillos de empresarios desalmados”.