MOTIVOS PARA LA HUELGA GENERAL

Por Vicenç Navarro
Es fundamental que exista una protesta masiva el día 29 de septiembre, a nivel europeo y a nivel español, no tanto por el cambio político en el que ganen las derechas (PP en España y CIU en Cataluña) que empeoraría todavía más la situación, sino por un cambio muy sustancial en las izquierdas, y muy en especial de las gobernantes.

Es importante que se entienda y se conozca qué ha estado ocurriendo en la Unión Europea durante estos últimos años (y no me refiero sólo a lo que ha pasado desde el inicio de la crisis en 2007). La participación de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional en el promedio de los países de la UE-15 ha ido descendiendo desde principios del establecimiento de la Unión Europea hasta hoy, bajando de 69% a 56%. Este descenso ha sido mucho más acentuado en la zona euro, y todavía mayor en España. Ello ha ido acompañado de un aumento del desempleo en el promedio de la UE-15 (interrumpido provisionalmente en España por el boom inmobiliario hasta que estalló) y de un deterioro de las condiciones de trabajo. El porcentaje de trabajadores que declaran trabajar en condiciones estresantes en el promedio de la UE-15 ha pasado de ser el 32% de la población empleada, a un 54% en el 2008. El porcentaje en España ha sido incluso mayor. Una consecuencia de ello es que las enfermedades laborales como consecuencia del estrés han aumentado.

Por si esto no fuera suficiente, la protección social se ha ido deteriorando. La tasa de crecimiento del gasto público social (que cubre los gastos públicos en las transferencias y servicios del estado del bienestar) ha ido descendiendo en el promedio de la UE-15 desde principios de la década de los noventa (habiéndose interrumpido este descenso en la época 2004-2008 en España durante la alianza (informal) del PSOE con IU-ICV-EA, ERC, y BNG. Ha vuelto a descender a partir de entonces, permaneciendo España en la cola de la Europa Social, siendo el país de la UE-15 con el gasto público social por habitante más bajo. A este descenso del gasto público social hemos visto una disminución de los derechos laborales en la mayoría de los países de la UE-15.

Mientras la clase trabajadora y grandes sectores de las clases medias veían disminuir su capacidad adquisitiva (la mayor causa del enorme endeudamiento de las familias), hemos visto un enorme aumento de los beneficios empresariales. Éstos aumentaron un 38% en la media de la UE-15 y un 42,3% en la zona euro durante el periodo 1999-2008, mientras que los costes laborales aumentaron sólo un 17%. En España, este contraste entre la austeridad impuesta a las clases populares y la bonanza y exuberancia de los beneficios empresariales fue incluso más acentuado. Durante el mismo periodo, las mayores empresas españolas vieron aumentar sus beneficios netos un 73% (casi el doble de la media de la UE-15) mientras que los costes laborales aumentaron durante el mismo periodo un 3,7% (casi cinco veces menos que en la UE-15). Dentro de estas empresas, las que alcanzaron elevadísimos niveles de beneficios fueron las empresas financieras, que basaron su riqueza en el enorme endeudamiento de las familias europeas y española y en actividades altamente especulativas, incluyendo las inversiones inmobiliarias, que se convirtieron en el motor del crecimiento económico en varios países, incluyendo España. La banca española, bajo la pésima supervisión del Banco de España, tiene una enorme responsabilidad en el desarrollo del complejo bancario-inmobiliario-construcción y su burbuja, que al explotar ha creado el enorme problema económico, además de dificultar enormemente la accesibilidad al crédito por parte de la ciudadanía y de la mediana y pequeña empresa. Es una enorme incoherencia (para ponerlo de una manera amable) que el gobernador del Banco de España, el Sr. Fernández Ordóñez (que junto con anteriores gobernadores es el responsable de una de las mayores causas de la crisis en España) esté ahora liderando el movimiento neoliberal, responsabilizando a los sindicatos por el elevado desempleo causado, según el, por una supuesta rigidez de los mercados laborales.

A nivel europeo, los hechos presentados en los párrafos anteriores se deben, no a los mercados financieros, sino al desarrollo de las políticas neoliberales, promovidas por las mayores instituciones de la Unión Europea, y muy en especial por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Consejo Europeo, controlado éste último por las derechas (cristiano-demócratas y liberales). Estas instituciones han estado imbuidas del pensamiento neoliberal, al cual se han adaptado gran parte de los partidos socialdemócratas gobernantes que han abandonado elementos claves de la tradición socialdemócrata, para convertirse en partidos socioliberales. Estas políticas han consistido en la desregulación de los mercados laborales, la reducción de la protección social, la reducción de los impuestos, el aumento de su regresividad (responsable, en parte, de que las desigualdades sociales en la UE-15 hayan alcanzado el mayor nivel conocido en los últimos veinte años), las privatizaciones de los servicios del estado del bienestar, y la reducción de los beneficios laborales y sociales. La reducción de impuestos, por cierto, facilitó el crecimiento de la deuda pública en todos estos países.

Todas estas políticas han respondido al enorme poder de clase, es decir del capital (mundo empresarial y financiero, y renta superiores), que está aprovechando ahora la crisis (que ellos crearon) para conseguir lo que han estado deseando todos los años: debilitar todavía más al mundo del trabajo (que es el mundo al cual pertenecen las clases populares). De ahí que es fundamental que exista una protesta masiva el día 29 de septiembre, a nivel europeo y a nivel español, para iniciar un proceso de reversión de tales políticas, no tanto por el cambio político en el que ganen las derechas (PP en España y CIU en Cataluña) que empeoraría todavía más la situación, sino por un cambio muy sustancial en las izquierdas, y muy en especial de las gobernantes, que no ocurrirá a no ser que haya una protesta generalizada en contra de aquellas políticas. Así ocurrió, por cierto, en las últimas huelgas generales, y así debiera ocurrir ahora.

Vicenç Navarro – Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

You may also like

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Puedes usar etiquetas HTML y atributos

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

IU Majadahonda 2016 Contenidos publicados bajo licencia Creative Commons

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies